Querida joven lesbiana
Cuando tenía tu edad, el mundo era muy distinto. No existía tiktok, estaba de moda usar chupines, Arctic Monkeys recién había sacado AM y gobernaba una mujer. Muchas cosas han cambiado, pero algunas quedaron y otras empeoraron. Por esto, espero que estas palabras te sirvan.
En ese tiempo, era difícil encontrar una otra en quien reconocerse y reflejarse. Asumo, ahora debe haber más oportunidades para encontrar otra lesbiana en el otro lado del mundo o a la vuelta de la esquina con quien sentir companía.
La primera máxima que confiere esta carta es 1) Las lesbianas estamos en todos lados. Solo hay que afinar la mirada y tener unos ojitos atentos en la calle para poder encontrarlas. El mundo quiere pretender que no existimos, que somos un mito urbano a quien ofrendarle cigarrillos y que salimos a vagar por las calles en las penumbras de luna llena. Esto es mentira. Las lesbianas caminamos por las calles de los barrios, ciudades y pueblos. Quizás con el paso apurado, capaz con el ceño fruncido, tal vez con la mochila demasiado pesada. Pero estamos. Solo-hay-que-afinar-la-mirada. Existimos, vivimos, trabajamos, estudiamos, amamos, comemos, pintamos, bailamos, disfrutamos.
Siguiendo con la primer premisa 2) Encontrar un espejo. Es necesario en esta vida encontrar con quien hacer complicidades. Una otra es una posibilidad para encontrarse a una misma. Poder reconocer en la otra las bondades propias y ajenas es una virtud enorme y de una gran importancia. El mundo es terrible. Es necesario la complicidad, la ternura. Las espejo.
Esto me complicaba mucho y no sabía cómo encontrarle un sentido 3) Ser mujer no es sinónimo de heterosexualidad. La sociedad y el sistema lo plantea no solo como un ideal, sino como una verdad inmodificable. Pero en el hacer, las mujeres nos hemos dado la posibilidad de doblar y fraccionar este supuesto. Es más, ser mujer no se sinónimo de ser heterosexual, ni de ser madre, ni de ser femenina, ni de ser blanca. Y de igual manera, la sexualidad no es solo penetrativa.
Por esto mismo, 4) Valentía de coartar la norma. Aún recuerdo la primera vez que me corté el pelo muy corto. Mi mamá había salido a comprar a la verdulería y aproveché el tiempo cortandolo por encima del hombro. Son pequeños actos que al reunirse se acumulan. La compensación es sentir que el mundo de apoco se abre a mil posibilidades.
Sobre lo anterior 5) Aprender a caer mal es un logro. Cuando se sabe que después del disgusto no hay -nada- es por demás, increíble. Refiriendo al punto 3). A veces las personas se ponen encima la tarea de mantener las supuestas verdades que quiere imponer el sistema. Por esto, ven angustioso y no logran comprender cómo una persona puede sin más hacer caso omiso a lo que la sociedad espera de ella. Se enojan, patalean, se burlan, cuchichean. Tranquila. Nada cambia cuando caes mal. El mundo sigue girando.
Cuando tenía tu edad, estaba muy enojada pero 6) A veces los padres solo hacen lo que pueden con las herramientas que tienen. Enojate y rabiá. Gritá y llorá. Pero nunca jamás hieras de más. Ahora, todo puede ser demasiado tumultuoso, pero en un tiempo, se podrá sanar de a par.
Como todo en la vida 7) Todo pasa. Sí, a veces el mundo es una porquería. Posiblemente todo este masomenos mal hecho y tontamente pensado. Casi nada tiene mucho sentido. Aún así, todo pasa. Los días feos pesan una barbaridad pero en retrospectiva, todo es parte del proceso. Dale che, dale para adelante. ¿Si no qué?
No sé si esto me surge aclararlo por el presente inmediato pero 8) El futuro se construye desde una y con otras. Sé curiosa, aprende, imagina, crea. Desea un futuro brillante y ameno. Se creativa para encontrarle el vacío legal al presente. No, nada tiene sentido. Utilicelo a su favor. Confío en usted.
Por ultimo, para no extender de más esta carta 9) entre el cariño y la rabia, la clave está en el equilibrio, joven.
te sigo hace muchísimos años, ya perdí la cuenta. imagínate que recuerdo haberte cruzado por la unla. siempre es un placer leerte, es un reflejo y una conexión que no me suele pasar seguido. a la querida joven lesbiana le diría que no sirve esconder lo que una anhela, desea y quiere, por más que quieras ir contra todo pensamiento, es realmente imposible.
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