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Llegué acá con nuevas conclusiones y otras incertidumbres igual de grandes como inamovibles. Hay miedos que se instalaron en mí y yo los alimenté como una cría a punto de morir. Hoy son parte de mí y ya no intento amansarlos. Solo los observo sin prisa ni pausa para entenderlos un poco mejor. Crecieron de mí bien cuidado. Crecieron fuertes y descarados. Tenaces, insatisfechos y demandantes. A veces intento engañarlos y otras veces simplemente los abrazo. Ahora mismo, entiendo el miedo como una reacción biológica casi que cariñosa para conmigo misma. Si no sintiera miedo, capaz tendría problemas más graves que atender. Como la insensibilidad generalizada o una arrogancia que ya no puedo tener con tanta tranquilidad, irónicamente, porque ya no soy adolescente y ya no tengo donde patalear.  Tengo tantas incomodidades como incoherencias. Soy tan incongruente que no hay tantas cosas en mí que me tome muy en serio. Solo mi sentido común, mi cúmulo de verdades fundamentales y esos miedos ...

acurrucamiento

  Dos o más masas corpóreas se mezclan en un acurruco.  En un acurruco, las masas se juntan, friccionan, agrupan en busca del calor perfecto, de la comodidad absoluta. Este acurruco se logra al completar la sensación total de recubrimiento. “La idea se asemeja al querer transformarse en una manta” dijo, o algo así recuerdo.  Las masas, lo suficientemente articuladas, encuentran la forma más dócil de achicarse, expandirse, deformarse y entrometerse en cada hueco llenando cada espacio inhabitado que podría haberse llegado a calar entre sus huesos. Con el simple deseo se contraen y amoldan, se vuelven líquido sobre las sábanas hasta rellenarlo todo y volverse un pequeño mazacote inteligible entre sí. La sola idea de lograrlo, extasía a la masas, que comienzan a agitarse, frotándose las unas a las otras hasta el cansancio más exhausto y mejor bien buscado. Logrando así la perfecta pila de texturas que calzan como si estuviesen construidas para ello.  “El posible acurruco...

volver a casa

  Había permanecido ilesa de la tormenta y se abría paso por la vereda al son de su playlist favorita, una de sus obras mejor elaboradas, con una perfecta combinación entre pospunk, tango y pop. Cruzaba la calle incómoda, sintiendo la lana mojada de su pullover rozando sus muñecas y la llovizna que garuaba tan tenuemente que terminaba por transformarse en un cosquilleo molesto en su rostro. “Preferiría que esta llovizna se me lanzara como un baldazo antes que este intermedio molesto. Mojame y listo, qué tanto” pensó, mientras un auto doblaba torpemente la esquina, salpicando el agua que la calle acunó al costado del pavimento y terminando de inundar sus zapatos. La noche, con su simbolismo cultural de “noche” montándose como un escenario de impunidades e impulsos, se volvía incluso más hostil con la presencia de la lluvia. Tan impredecible como impotente, se plantaba en la tierra queriendo demostrar su primacía de naturaleza pura e inquebrantable, que se apoderaba de lo que ocupaba...

feliz legalidad

20-02-2017   Feliz cumpleaños drochit, te diría feliz legalidad pero sé que odias esa expresión así que: feliz legalidad. Qué sería de mi sin vos? Nada. Somos una. Te conozco como nadie te conoce y entiendo, fue un año de mierda. Pero también sé, que ningún año no fue una mierda y aún así seguis respirando. Te felicito, de hecho ahora mismo te haré un té de limón para festejar por cada trastabillar contra el adoquin que tuviste. Tuvimos, porque somos una.  Dormiremos juntas hasta poder abrazar ambas a una misma persona. Vos el brazo izquierdo y yo el brazo derecho, canto pri. Yo sé que ya no ves futuro pero fingiremos que está todo bien, como siempre. Este año va a ser el mejor y aunque no sea así, el 31 de diciembre a las 00:00 nos amargaremos y tendremos nostalgia del hoy. Por favor, respira hondo y no pienses en mañana. Corazón, no veas el mañana. Estamos acostumbradas a esperar un golpe en la pera contra la baldosa después de tomar un envión leve. Pero no importa, eso no i...

Equilibrista-Contorsionista

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  Detrás de sí no hay nada más que mugre, escombro, salpicaduras y ladrillos al desnudo. A tientas camina tratando de no rasgar la fina tela de sus medias de nylon. Vestiduras claras pisan cerámicas frías, resquebrajadas por el martillar, se vuelven puntiagudas y filosas. Sus palmas tersas sienten con detalle cada gran migaja de cemento que se desparramó por el piso, desesperado por pinchar y rasgar pieles. En el silencio, el escalofrío recorre lujurioso  desde su nariz hasta los dedos de sus pies, focalizándose en la boca de su estómago, meciéndose con el movimiento de la brisa, que en estado de alerta se hace presente cual ventarrón en temporada de Santa Rosa. Toma su temblar y lo reposa sobre un ladrillo hueco, dejándolo de lado encuentra la razón y el silencio necesario para empezar la performance. Equilibrista-contorsionista, se planta y actúa deformando sus cualidades antropomórficas, deshace sus extremidades y de la forma más lúdica, ejecuta su danza ancestral, heredada...

escenografía del hogar

  Desperté en una casa que ya no es mía. Estas paredes albergan recuerdos que ya no me sacian, olores que ya no me conectan, un suelo que ya no me sostiene, que se drena y no aguanta mi peso. Esta ropa ya no me recubre, ni me abriga, ni me acomoda. Este techo ya no me protege ni resguarda. Todo parece tan ajeno, tan de otro tiempo, atrasado. Todo lo vivo parece tan solo existente, automático, programado, genérico. Para verme en presente tengo que hacer fuerza mirando el pasado y la vista se cansa. Ahora descubro que las paredes son ojos que observan expectantes el detalle a juzgar y la burla fácil. Esta tela raspa, aprieta, lastima y por sobretodo, amolda. Como un torno a un trozo de madera, estiliza. Este techo me queda diminuto, hace que me encorve para no golpear mi cabeza con el cemento. Esta voz no es voz porque no se deja ser, tiende a agazaparse, suavizarse y repensar opciones menos controversiales. Esta voz es más silencio que voz. Esa puerta era imaginaria, nunca existió. ...

cómo preservar un relato

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  Intento invadir los bordes y surcar nuevos límites en mi existir, y en el proceso, retomo la paciencia de merodear en los conceptos supuestos pulcros, aquellos alcanzados y devorados por la academía y su ergo, masculinidad. Las definiciones que parecerían tan inquietantemente bien hechas, pulidas, sin hueco alguno, rellenas de una neutralidad objetiva, exacta y que aún así, pecan de incompletas. La historia es una serie de luchas de clases, leí de un tipo para una clase de la facultad y me causó gracia hacer la conexión con el texto más corto de la cursada, que titulaba “La cuestión de la mujer”. Tópicos y tópicos. En definitiva, deambulo lo suficiente porque de lo contrario, sería una real pena que en mi mente resuene sin cuestionamientos la Historia ligada al filósofo violador más reconocido, la guerra con más números de bajas o la Revolución ajena. De la historia de los hombres, plagada de violencias, hambrunas y fracasos, retomo como única afirmación que no me pertenece a mí ...